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La Vida de CURA (Editorial del 22 de Noviembre 2000)
por Patrice Guinard

-- traducción Alhena Casanova --


Mas de 25.000 visitantes en un año. [Nota Junio 2002: Ahora, 17.500 por mes.] Es poco, comparado con ciertos sitios comerciales, "horoscópicos" y sostenidos mediante sponsor. Es adecuado, en relación con la calidad de los textos y de los autores, y el esfuerzo de atención demandado a los lectores. Actualmente el C.U.R.A. recibe, en mitad de semana, unos 150 visitantes diarios, de los cuales un 25% son franceses. No es improbable que el sitio en el futuro sea definitivamente relacionado con un departamento de investigación universitaria. El porcentaje de lectores de origen universitario se incrementa en forma sensible y regular.

Luego de un año, se han recibido unos 1600 mensajes de correo dirigidos a C.U.R.A. o directamente a mi persona. Luego de cierto tiempo he renunciado, ante esta afluencia, a responder a todos, especialmente a los pedidos netos de información. Los mensajes de apoyo hacia C.U.R.A. han sido numerosos y esto ocurrió desde la apertura.

Contrariamente a lo que yo a priori imaginaba , los correos hostiles o disgustantes han sido muy raros, solo cuatro o cinco: uno de un escéptico, otro, no precisamente negativo, de un condicionalista, un tercero de una persona que se sintió vejada por haber sido rechazado su articulo; otro una invitación para aportar fecundamente materiales escritos, por la animadora de un forum de discusión, en el cual yo había osado criticar la falta de participación.

Si he tomado la decisión en febrero 1999 de fundar el sitio C.U.R.A. y de poner a disposición la totalidad de mi tesis de doctorado, en una versión mejorada, no es para crear una escuela o asociación suplementaria, sino para ser leído, nada más. En general no me gusta hablar de mi mismo, sobre todo desde que frecuento a los astrólogos! Estas breves observaciones están en principio destinadas a los lectores de C.U.R.A., y he tenido la debilidad de creer que podrían tener un destino mas general. Mis obligaciones con las casas editoriales han sido insuperables entre 1993 y 1999. Por un lado la pretención, la ignorancia y la ironía académicas en lo concerniente a la astrología; y por otra la venalidad y crasamente la idiotez, de los responsables de las casas editoriales especializadas, en lo que he llamado el ersatz de astrología. Pues resulta evidente que la calidad editorial, en el campo de la astrología, se halla en gran declinación luego de una treintena de años. La causa reside en que gentes incompetentes han sido catapultadas a la cabeza de las casas editoriales por individuos que probablemente tienen como único propósito el dar de la astrología una imagen lamentable. Los ya raros investigadores franceses, según lo que conozco, no han sido contactados jamás para ocuparse de una colección astrológica de alto nivel. Y en cuanto a la oferta de publicaciones, se encuentra una diarrea de obras de vulgarización estéril, y mezclas de recetas insípidas.

Cuántas asociaciones inútiles se crean, no teniendo otro destino que ocupar un lugar en el concierto de la insignificancia y del alboroto generalizados? Cuántos grupos y reuniones estériles que no son sino simples señuelos, destinados a atrapar a los tontos? Cuántas revistas nacen solo con el propósito de dar vida a algunos espíritus iluminados, en una actividad que no es verdaderamente investigación, sino el remedio calculado de sus propios problemas existenciales? Cuántos sitios y forums de discusión no son sino el síntoma de la impotencia de los astrólogos y simpatizantes para enrolarse en una verdadera investigación motivada y fecunda? Lugares de intercambio de creencias, de transmisión de errores, de comunicación de vulgaridades. Se charla, se predica, se reasegura, pero no se trabaja. No se hace nada : solo se busca hacerse pagar y entretener al publico.

Los grandes editores están reunidos en trusts y quedan sometidos a sus imperativos ideológicos. Los astrólogos en revancha se agrupan en pequeñas camarillas sin envergadura, respondiendo así a su exclusión a partir de dictados pueriles concernientes a lo que deberían ser la astrología y la "consulta". He sufrido a lo largo de mas de diez años tanto de parte de unos como de los otros, pero no tengo mal animo hacia ninguno, considerando que la actitud defensiva y la ceguera de los últimos responde, a su manera, al terrorismo mercantil de los primeros.

No obstante, a partir de la existencia de C.U.R.A., una decena de artículos, tomados de mis textos disponibles en el sitio, han sido publicados en revistas francesas y del extranjero, lo que tiende a disminuir la frialdad de los responsables editoriales, entre aquellos que a mi parecer eran los mejor dispuestos. El lector debe conocer, especialmente entre aquellos que no identifican la investigación con el comercio astrológico de gran envergadura ni con la banalización psico-horoscópica, que la astrología francesa, como otras, o quizás en primer tármino, esta controlada por pequeños clanes rivales, escuelas, asociaciones y grupos de interés, capaces por otra parte de aliarse en caso de necesidad. Los astrólogos que hasta ahora han aceptado participar en C.U.R.A., con excepción de dos o tres, no pertenecen a estos agrupamientos orientados al cliente, son astrólogos independientes. Los investigadores no tienen la posibilidad de hacer conocer sus resultados, si no se arrastran frente a los que comandan estas camarillas, verdaderos parásitos de la astrología. Por cierto, yo concedo que la investigación, de cualquier naturaleza que ella sea, no es toda "la astrología", pero es inconcebible para mi que ella no pueda encontrar su lugar.

La responsable de un sitio comercial me había propuesto, antes de la inauguración de C.U.R.A., adquirir la exclusividad de mi Manifiesto [http://cura.free.fr/esp/06aem1.html] para Internet, y dejarlo enmohecer a la sombra de sus insípidas categorías. Poco me importa el dinero, y me asombro siempre de estas personas que hasta ahora me han rehusado su apoyo, con la preocupación por una parte de ser retribuídos, y por otra la ambición de pasar a un primer plano. Estos me parecen, sobre todo en el dominio de "la astrología" dos objetivos contradictorios. Es decir, el astrólogo-fabricante de interpretaciones ignora la contradicción que existe entre las aspiraciones intrínsecas de la astrología, y el discurso utilitario y venal que prolifera en las sendas balizadas de la ideología única, moderna y post-moderna.

El astrólogo quiere ser respetado, estima que su formación es suficiente, y que sus creencias no requieren pasar la prueba de la cultura moderna. Su actividad se emparenta ni mas ni menos que con el espectáculo, y así resulta legítimo, en este sentido, que las pequeñas vedettes mediáticas, celadas por el laborioso astrólogo de gabinete, vengan a quedar a la vista del público profano, como representantes de la profesión. Hay médicos que curan enfermedades, porque existe una investigación médica de la cual son ellos los primeros beneficiarios. No podrían existir astrólogos de consulta si no existieran verdaderos centros de investigación astrológica a los cuales se pudiera recurrir.

Si se trata de trabajar, de abordar una tarea útil, de traducir o de transcribir un texto antiguo, o también de confrontar sus creencias con la realidad histórica, los candidatos se vuelven escasos. Todo ocurre como si el astrólogo ya supiera; como si el simple sentimiento, a menudo ilusorio, de poseer los restos de un saber que otros ignoran o no pueden concebir, le dispensara definitivamente del trabajo de investigación. Dicho de otro modo el astrólogo se satisface con una suerte de presciencia que le exceptúa de todo trabajo intelectual en el seno de la comunidad cultural. Paradojalmente, el espera integrar esta comunidad, este deseo apuntaria al nivel de la consulta y la terapéutica, mas bien que interrogarse por las razones que hacen que el haya devenido una suerte de paria para las elites intelectuales. El discurso tibio y oportunista del practicante busca convencer a la clientela, más que confrontar la ideología que lo marginaliza.

El astrólogo debe vender horóscopos o hallar su lugar en la investigación? Desea él verdaderamente que la astrología entre a la universidad, o solo juega con esta idea? La cuestión de la astrología, debe quedar como una pequeña actividad privada, establecida entre "el astrólogo y su cliente", o debería ser debatida públicamente?

La investigación astrológica consiste en interrogar el pasado, confrontar los diferentes sistemas e hipótesis, analizar las contradicciones internas de las teorías existentes, liberarse del lamentable "esto funciona" de un beatifico empirismo, en reflexionar sobre el hecho astrológico, en hallar los puntos de acuerdo con los conocimientos enunciados desde otras disciplinas, en investigar un modelo que sea compatible con una cierta semejanza física y biológica. Cuando existan más investigadores y menos "astrólogos", podrá sonar la hora de la astrología. Algunos practicantes consideran que si la astrología accediera un día a algún reconocimiento de orden cultural, muchos no hallarían su lugar. Estoy persuadido de que ella podrá advenir a ciertas prerrogativas de orden cognitivo cuando cantidad de pretendidos astrólogos hayan abandonado el terreno. Y creo asimismo que esta entrada de la astrología en el seno de la academia esta muy próxima, que bastaría que algunos intelectuales influyentes tomaran posición en su favor para que otros les sigan. Ya que todo medio socio-profesional esta constituido en una proporción bastante grande, por espíritus serviles. La idea es simple: las razones en las cuales se sostiene la exclusión de la astrología en el seno de la universidad no son sino prejuicios ideológicos y frívolos. El sistema del mundo moderno, y su ideología tripartita (el Mercado, la Democracia, la Ciencia), están destinados a desaparecer. Que la historia de la astrología, por ejemplo, no pueda figurar en los programas de enseñanza y de investigación, dice mucho sobre la capacidad de falsificación de la verdad histórica de una cultura que por otra parte se considera, según dicen algunos analistas, abocada a la objetividad y la racionalidad.

Patrice Guinard – Paris, 22-11-2000



Referencia de la página:
Patrice Guinard: La Vida de CURA (Editorial del 22 de Noviembre 2000)
http://cura.free.fr/esp/19ed1esp.html
(traducción Alhena Casanova)
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