El Manifiesto El Dominion 2/2 Textos y Artículos Histórico Enlaces ACCUEIL (FR) PORTADA


LAS 8 CASAS (2/2): EL DOMINION
por Patrice Guinard

-- traducción Angeles Rocamora --



4. Origen e Historia de las 8 Casas
5. Organización del Dominion
6. Semántica de los Dominios
7. La Domificación
8. Cuadriversidad y Culturas



4. Origen e Historia de las 8 Casas

"Había en la Antigüedad un sistema de ocho, más que de doce casas."
(John North: Horóscopos e historia)

     Los navegantes de la antigüedad, nómadas infatigables de las extensiones acuáticas, fueron los primeros en pensar la forma del espacio y de la tierra. ¡Los vientos! El viento del oeste y el viento del sur difieren. No se aventuraban impunemente y sin precaución en una dirección sin conocer las propiedades y las cualidades. El espacio es heterogéneo y vivo, "vi-viente". [*] Y es la Rosa, la de los vientos, con sus ocho direcciones, la que se impone con evidencia al espíritu de estos pioneros.[1]

      Los astrólogos heredaron esta concepción octoádica del espacio, probablemente en la época prehistórica de la astrología. Se conserva aún una proclamación del soberano asirio Sagon II (721-705 a. de C.): "Delante y detrás, sobre todas las superficies expuestas a los ocho vientos, yo he abierto ocho grandes puertas".[2]  Los adivinos Etruscos, contemporáneos de Sargón, utilizaban igualmente una división entre ocho. [3]  Se sabe que la tríada divina sumeria, cosmogónica, AN (Anu) / EN.LIL (Enlil) / EN.KI (EA) había sido ya reemplazada por la tríada planetaria semítica Sî (Luna) / Shamash (Sol) / Ishtar (Venus) antes del siglo XIV a. de C.), época en la que aparecen sus emblemas. Se reconoce la media luna, la estrella venusina de ocho puntas y el disco solar con 4 ejes y 4 radios intercalados, sobre un kudurru que data de la época del rey casita Melishipak (1188 - 1174).[4]  King observa: "La presencia de los emblemas del Sol, de la Luna y de Venus bajo la forma de una estrella de ocho puntas en la parte superior de los Kudurru (mojón), incita a pensar acerca de un carácter astral subyacente". [5]  La representación de Venus, y también de todo astro en general, bajo la forma de una sigla de 8 brazos, atestigua una división muy antigua del espacio celeste en 8 sectores, como parece demostrarlo el único planisferio mesopotámico conocido, el cual divide la esfera celeste en 8 zonas. [6]  La división de la esfera local en 8 sectores existía también en la primera astrología china,[7]  y el célebre Mânava-Dharma-Shâstra (El tratado de las Leyes de Manu), procedente de la tradición bramánica, menciona las 8 regiones celestes.[8]

      ¿Esta división natural del espacio ha sido integrada a una prototeoría de las Casas Astrológicas entre los asirios o entre los caldeos, o esta asimilación ha sido el fruto de una especulación elaborada posteriormente por los primeros astrólogos Griegos? Lo que es seguro, es la preexistencia entre los Griegos de un sistema de 8 casas sobre el de 12 casas, como lo subraya John North, cuya obra sobre los horóscopos es una autoridad, especialmente en lo que concierne a los diversos modelos de domificación entre los Griegos y los Árabes.[9]  La localización de las casas (8 o 12) aparece muy raramente entre los horóscopos griegos que nos han sido legados: ¡los más significativos datan de septiembre del 498 d. de C. y de octubre del 497 d. de C. ¡ [10]

      El astrólogo estoico Marcus Manilius (~48 a de C - 20 d. de C) hace alusión a este sistema de ocho lugares, al cual los antiguos astrónomos habrían dado el nombre de octopos[11]  Mientras tanto, Manilius parece confundir el sistema antiguo con el sistema de los 12 lugares, o al menos trata de hacer la síntesis, el carácter poético de su enunciación, impidiéndole entrar en detalles. Resulta de ello un texto oscuro en dos partes, la primera presentando los 4 ángulos del cielo y los 4 intervalos que los separan (ed. Alleau, pág. 160 -163), la segunda describiendo las 12 casas ed. Alleau, pág. 164-170). Los comentarios de René Alleau sobre estos pasajes son tan oscuros como la traducción del bibliotecario de Sainte-Geneviève en París, y la edición londinense de 1697 no es más esclarecedora. [12]

      Del mismo modo, Firmicus Maternus, hacia el 335 a. de C., consagra el capítulo 14 de su segundo libro a los ocho loci (1 vida, 2 esperanza (de riquezas), 3 hermanas y hermanos, 4 padres, 5 hijos, 6 salud, 7 cónyuge, 8 muerte), antes de proseguir con el de las 12 casas. [13]  En el libro IV enumera nuevamente los lugares de genitura: "el de lo natural, de la subsistencia, de la raza, el de los padres, de los hermanos, del matrimonio, de la descendencia, del último día de la vida."  [14]  Bouché-Leclerq sugirió desde 1899, en su polémica obra, la anterioridad del octopos (u oktopos) sobre el dodekatopos: "Ha debido existir una tradición abandonada que dividía el círculo de la genitura en ocho casas, o en doce compartimentos de los cuales sólo ocho eran considerados como activos, y (...) este sistema no ha podido ser comprendido ni por Manilius, ni por Firmicus, el uno y el otro capaces de desfigurar, incapaces de innovar." [15]  Esta anterioridad del sistema de ocho casas parece confirmado por los significados clásicos atribuidos a las casas I (la vida) y VIII (la muerte). Es al término de la octava casa cuando un nuevo ciclo diario podría empezar.[16]

     Encontramos de nuevo vestigios del octotopos en los pocos y raros fragmentos que se conservan de los escritos de un discípulo de Hiparco, Serapio de Antioquía (~ 125 a. de C.), del astrólogo de Tiberia, el famoso Trasilo,[17]  y del ateniense Antíoco (siglo II d. de C). El célebre astrónomo-astrólogo indio Varâha Mihira (~505-585), heredero de la astrología griega así como de las teorías babilonias, ha preservado en su Brihat-Samhitâ la teoría de los 8 sectores, ligados a las 8 direcciones del espacio y a las divinidades hindúes.[18]

     Wilhem Gundel propuso en 1936 una teoría de la evolución del sistema de las Casas astrológicas en 4 etapas: una organización inicial en 4 cuadrantes definidos por los puntos cardinales (sucediéndose en el sentido de las agujas del reloj y simbolizando las 4 edades de la existencia), una organización en 8 sectores de 45° (cuadrantes y sectores cardinales), una organización en 12 sectores (siempre contados en el sentido de las agujas del reloj), y por último la organización en 12 sectores (contados en el sentido contrario a las agujas), que ha dado nacimiento a los sistemas comúnmente utilizados hoy en día y de los cuales Hermes Trismegisto habría sido el inventor y "Nechepso-Petosiris" el legatario. [19]

     Es posible que el modelo de las 8 casas haya sido organizado en relación con el sistema de los Elementos y de los valores elementales, en una época bastante remota, anterior por tanto a los primeros escritos astrológicos herméticos (~250 - 200 a.de C.), quizás en los ambientes estoicos de principios del siglo III a. de C., a los que, retomando la sucesión platónica de los elementos (Fuego, Aire, Agua, Tierra)[20]  y ordenándolos en el sentido del movimiento diurno, les habrían adjuntado los valores elementales intermedios (seco, cálido, húmedo, frío), marcadores de los 4 movimientos característicos de la trayectoria solar (salida, culminación superior, caída, culminación inferior). De ello resulta un modelo que habría estado en rivalidad con el modelo elemental zodiacal (Aire = Primavera, Fuego = Verano, Tierra = Otoño, Agua = Invierno), en el cual los símbolos de los cuartos se suceden en el orden inverso del movimiento diurno. Las dos organizaciones circulares, una girando en el sentido de las agujas del reloj, la otra en el sentido inverso, concuerdan si se superpone lógicamente el mediodía al solsticio de verano. Este modelo ha podido ser el prototipo de una teoría unificada de las Casas astrológicas y de los Signos zodiacales.[21]


el modelo antiguo: elementos y valores elementales


     Sabemos, por otra parte, que los gnósticos valentinianos habían establecido una procesión de los Eones (esencias o energías inmortales) en número de 30: es la teoría del Plérôme, paradigma de la Totalidad. Los 30 eones se reparten en 3 grupos: la Ogdoada, la Década y la Dodécada. Markos de Haeresiarcha (fines del s. II d. de C.) desarrolló un modelo asimilando los eones valentinianos a los operadores astrológicos: la Ogdoada formada por las 4 emanaciones o eones primarios (los elementos) y de los 4 agentes (los valores elementales), la Década constituida por los 7 planetas, de la "octava esfera", por el Sol y por la Luna, y la Dodécada por los 12 signos zodiacales.[22]  Lo que es notable en la relación concisa de su contemporáneo Ireneo, es que no sólo "la Ogdoada" parece relacionarse evidentemente con el octotopos, sino también que los gnósticos tenían una especie de presentimiento de la existencia de Urano y Neptuno.

     Conocemos también un texto contemporáneo, del s. II d. de C, el texto esencial en la materia, redactado por un astrólogo anónimo, que expone un sistema de 8 casas o lugares (loci) que se atribuye a Asclepio: "A partir del horóscopo buscamos todo lo que concierne a la vida, a partir del segundo sector, yendo hacia arriba, se busca la vida material, a partir del tercero los hermanos y las hermanas, a partir el cuarto los padres, a partir del quinto a los hijos, a partir el sexto el infortunio y las pruebas, a partir del séptimo a la mujer, a partir del octavo el destino y la muerte-que-pone-término-a-la-vida, según aquellos (los planetas) que ejercen una influencia dominante en sus casas...". [23]

     Los ocho sectores de aproximadamente 45°, cuatro de ellos centrados sobre los Ángulos, se suceden en el sentido del movimiento diurno. En el dodekatopos los sectores se cuentan a partir de los Ángulos, que definen las cuatro "puntas" de referencia e, ilógicamente, en el sentido inverso del movimiento diurno. La triple divergencia entre los dos sistemas (el número de las Casas, su posicionamiento, y su dirección de sucesión) se explicaría por la incomprensión del sistema inicial, del cual resulta la elaboración relativamente tardía, por los griegos, de una distribución duodecimal, calcada sobre el modelo zodiacal. Esta asimilación facticia priva al espacio domificado de sus características específicas e implica una redundancia de la estructura zodiacal. El astrólogo Cyril Fagan dice: "Los griegos han asimilado el dodekatopos al zodíaco, comenzando en el primer grado de Aries, a pesar del hecho de que las casas se suceden de oeste a este, mientras que los signos del zodíaco se suceden de este a oeste. De allí su incompatibilidad: no es posible aparear doce signos y doce casas cuando éstas se suceden en un sentido opuesto". [24]

     La lección del octotopos no ha estado olvidada en el Renacimiento: Tycho Brahe expone en 1573 un sistema de 8 casas de 45°, divididas a partir de la primera vertical.[25]  El octotopos es utilizado asimismo en la astrología médica por Cardan, por Thomas Finck (1561-1656) en su Horoscopographia (Schleswig, 1591), por el pionero de la astrología inglesa, Christopher Heydon, en sus diarios inéditos,[26]  y por Nicolás Culpeper (1616 - 1654) que lo asocia al ciclo lunar y a la teoría de los "días críticos" (el 7°, 14°, 21° y 28° del ciclo lunar).[27]  Más recientemente, el doctor Hans Michel de Nuremberg ha presentado un sistema de 8 casas fundado en los trabajos del geofísico F. Lehner. [28]

Si la idea de las ocho direcciones espaciales es realmente la base original y operativa que ha guiado la elaboración del sistema de las casas astrológicas, debe ser posible encontrar rastros de ella en la literatura antigua y en las representaciones culturales.

     El tema de "la Ogdoada" es recurrente en la teo-cosmogonía egipcia: de acuerdo con Isha Schwaller de Lubicz, las cosmognias sucesivas de Memphis, de Hermopolis y de Tebas admiten cada una de ellas, según su modo de organización, la preponderancia de 4 pares de "Neter" o Dioses principio primordiales.[29]  Esta interpretación parece compatible con la presentación de Séneca: "Los egipcios han colocado cuatro elementos y han hecho una pareja con cada uno de ellos."[30]

     El Kaushîtaki Upanishad indio (~600 - 400 a. de C.) pone en paralelo dos series de situaciones, cada una formada por cuatro pares que ilustran la coincidencia de las posibilidades divinas y humanas. En el plano divino coexisten "el que está en el sol" y "el que está en la luna", los que residen "en el relámpago" y "en el trueno", "en el viento" y "en el espacio", "en el fuego" y "en el agua". Estas 8 estaciones corresponden en el nivel individual a una serie de cuatro parejas polares: respectivamente, los que están "en el espejo" y "en la sombra", "en el eco" y "en el sonido", "en el sueño" y "en el cuerpo", "en el ojo derecho" y "en el ojo izquierdo".[31]  Por otro lado, el simbolismo solar de la rueda está atestiguado desde tiempo atrás en los escritos védicos y en los Brâhmanas. Lo encontramos en la arquitectura: las 8 direcciones, representadas en la rueda del templo de Konarak (cerca de Puri), dedicada al dios Sol Sûrya, simbolizan los 8 rayos solares.[32]  En el kemari (juego de pelota japonés del s. VII d. de C., pero datado en China en el s. II a. de C.), 8 jugadores ocupan las 8 direcciones espaciales y deben enviarse una pelota que simboliza el sol.[33]

     Estos ejemplos tienden a mostrar que el mismo círculo arquetipal ha sido interpretado bajo modos diferentes en el seno de culturas relativamente independientes, y contrariamente al zodíaco, la razón de ser del dispositivo se debilitó a lo largo de los siglos. Es probable que el ordenamiento espacial por ocho haya precedido al ordenamiento más estructural de doce, de un manejo más delicado. Con el zodíaco se deja lo concreto, lo terrestre, por lo abstracto, lo celeste. La desafección de la sensibilidad al espacio (y al tiempo) no data de hoy: denota la incapacidad de la consciencia "moderna", sumergida en el kali yuga desde 3101,[34]  el 28vo año del 7° Manu, de pensar por lugares y por momentos.
 

5. Organización del Dominion

"Puesto que es justo sobre este punto también,
escuchar el testimonio de la experiencia:
como lo que, antes que nada, ha forjado la la convicción
primera antes que las razones."
(Kepler: Harmonices mundi, IV 5)

     El espacio domificado se organiza en Sectores orientados o Dominios: es la teoría de las Casas Astrológicas. Las incertidumbres que subsisten en esta rama disputada de la astrología han incitado a numerosos practicantes a evacuarlas, a la manera de Kepler. En efecto, no llegan a un acuerdo ni sobre su localización, ni sobre su número, ni incluso sobre su naturaleza, su función o su significación. A la inversa del Zodíaco o del Planetario, el Dominio no es hoy en día objeto de ninguna correlación neurofisiológica convincente, susceptible de guiar la elaboración de un modelo. Es posible que nuevos avances científicos, sobre todo en el campo geomagnético, puedan contribuir a aclarar el embrollo.

     Los zodíacos pueden ser definidos como ciclos geocéntricos y estructurantes de los planetas, donde los signos zodíacales representan las fases sucesivas: ciclo "anual" para el sol, ciclo "mensual" para la luna, ciclo de 12 años para Júpiter (esencial en la astrología china), ciclo de 165 años para Neptuno... La domificación es un recorte de la esfera celeste, de las diferentes fases de su ritmo diario, ritmo aparente debido a la rotación de la tierra sobre sí misma. Ésta conceptualiza el arraigamiento espacio-temporal del organismo sobre la Tierra y permite el ordenamiento de las posiciones sucesivas de los planetas por un observador situado en un lugar específico de la superficie terrestre.[35]  Las casas son divisiones topocéntricas de la esfera celeste. De ello resulta que la delimitación de las Casas, dependiente de la hora y del lugar de nacimiento del nativo, "personalizan" un tema natal entre una multiplicidad de temas, todos los similares para un día dado.

     La tierra gira sobre ella misma, de Oeste a Este, en 24 horas siderales, de modo que parece desplazarse durante este período, de Este a Oeste, el conjunto de la esfera celeste e incluyendo en ello a los actores privilegiados del sistema solar que son los planetas, el astro que los mantiene en su campo de atracción, y el satélite terrestre. El movimiento diario aparente de estos astros se registra en una curva sinusoidal de 4 fases, similar a la que caracteriza su movimiento zodiacal: desde el Ascendente hacia el Medio Cielo, el astro se eleva sobre el horizonte, desde el Medio Cielo hacia el Descendente vuelve a descender, siempre por encima del horizonte, desde el Descendente hacia el Fondo del Cielo declina por debajo del horizonte, desde el Fondo del Cielo hacia el Ascendente se eleva, pero por debajo del horizonte. Estas 4 fases definen los semiarcos diurnos y nocturnos del astro.[36]

    El movimiento diario de un astro atraviesa ocho fases sucesivas que delimitan ocho porciones espaciales, ocho dominios específicos, diurnos (positivos, abiertos), luego nocturnos (negativos, cerrados), según su localización por encima o por debajo del horizonte:



las ocho fases del movimiento diario


     La organización del Dominion en 8 sectores diferenciados deriva de un doble principio: la alternancia de un cuaternario diurno (casas 1, 2, 3 y 4) con un cuaternario nocturno (casas 5, 6, 7, y 8), y la imbricación de un cuaternario angular (casas 1, 3, 5, y 7) con un cuaternario intermedio (casas 2, 4, 6, y 8). En las fases 1, 2, 3, y 4 del movimiento diario, el astro está por encima del horizonte (sectores diurnos); en las fases 5, 6, 7 y 8, está por debajo del horizonte (sectores nocturnos). En la fase 1, el astro se eleva y se vuelve visible (Objetivación); en la fase 3, culmina (Individuación); en la fase 5, se esconde y se vuelve invisible (lo diurno se une a lo nocturno: Aligación; en la fase 7, alcanza su culminación inferior (Participación).[37]  El ángulo ASC marca la introversión (una actitud del espíritu dirigida hacia el interior, el ángulo MC marca la extroversión (una actitud del espíritu dirigida hacia el exterior), el ángulo DSC la exteriorización (una tendencia a proyectar hacia afuera lo que está dentro) y el ángulo FC la interiorización (una tendencia a restablecer en el interior lo que está fuera).[38]

     Una lógica formal sobrentiende la organización del Dominion. En efecto, admite un centro de simetría que opone los sectores Aligación a los sectores Objetivación y los sectores Individuación con los sectores Participación, y un eje de simetría que opone una segunda vez los sectores diurnos a los nocturnos: la individuación a la objetivación y la aligación a la participación. Por otra parte los sectores angulares (3, 5, 7, 1), así como los sectores intermediarios (8, 2, 4, 6) se suceden desde la individuación a la objetivación, pasando por la aligación y la participación, en el sentido del movimiento diario aparente del astro.


Organización del Dominion


     Las curvas puestas en evidencia por las investigaciones estadísticas de "los Gauquelin" ilustran esta distribución. En efecto, salvo por su interés dudoso en cuanto a su proyecto de validar o invalidar la realidad astral, éstas muestran que la distribución de las posiciones natales angulares de ciertos planetas en los individuos que ejercen ciertas actividades específicas presenta una curva característica, y en particular con Marte en los militares y deportistas, con Saturno en los científicos y Júpiter en los políticos. A pesar de la exuberancia de artículos que se refieren a los trabajos de los astro-estadistas franceses, son pocos los que sólo consideran lo que, a mi forma de ver, es el único verdadero descubrimiento, inconsciente, de sus trabajos, a saber la inscripción en las curvas globales de las ocho casas astrológicas.[39]  En el gráfico que sigue, extractado de uno de las primeras obras de Michel Gauquelin,[40]  he adjuntado los límites de los 8 sectores, tal y como resultan lógicamente del trazado de los 16 segmentos de la curva.


la curva 'Gauquelin' y los 8 sectores


     Ocho sectores, las cuatro zonas angulares y las cuatro zonas intermedias, se registran en un esquema que podría encontrar su explicación en el magnetismo terrestre.[41]  Yo pensaba que el desfase con respecto a los Ángulos que aparece en los sectores podía provenir del hecho que los muestreos de Gauquelin contienen una mayoría de horas aproximadas, frecuentemente cerca de media hora, y que la tendencia natural de los padres era declarar al estado civil una hora de nacimiento posterior a la hora de nacimiento real. No obstante, ahora me parece que latitud de los temas natales muestreados (zona septentrional templada) está igualmente involucrada, y que habría que cuestionar su localización angular (cf. infra: La domificación)

     La disposición circular de los Trigramas llamados "sucesión del cielo anterior" y tradicionalmente atribuída a Fou Hi, el inventor legendario de los Hexagramas del I Ching chino, ha podido ser un protomodelo del Dominion. Las 8 direcciones espaciales, tradicionalmente asociadas a los 8 vientos y simbolizadas por los 8 Trigramas, forman una rosa de los vientos: LI al Este, TUI al Sudeste, CH'IEN al Sur, SUN al Sudoeste, K'AN al Oeste, KEN al Noroeste, K'UN al Norte y CHEN al Noreste.[42]

     CHEN, LI, TUI y CH'IEN son considerados "masculinos" (diurnos) debido a que se encuentran plenamente situados en su base; SUN, K'AN, KEN, K'UN son femeninos (nocturnos). Además los Trigramas se emparejan por el centro según su morfología estructural y su significado: "El cielo (CH'IEN) y la tierra (K'UN) determinan la dirección. La montaña (KEN) y el lago (TUI) unen sus fuerzas. El trueno (CHEN) y el viento (SUN) se excitan el uno al otro. El agua (K'AN) y el fuego (LI) no se combaten. Así, los ocho trigramas se casan".[43]

     Respetando la polarización común a la organización de los Trigramas como la del Dominion, y comparando los significados simbólicos de los Trigramas con los del Dominion (cf. infra), pueden admitirse las siguientes relaciones:



las 8 Trigramas del I Ching


     Resulta de esto que la sucesión de los Trigramas en la disposición dada por Fou Hi es isomorfa a la del Dominion, por la sustitución de una simetría axial a la simetría central[44] , y comenzando por CHEN, el primer trigrama diurno.[45]  Así, los trigramas serían los símbolos, mejor o peor interpretados y comprendidos desde los tiempos remotos de su invención, de las casas astrológicas, y su organización sería un prototipo del Dominion.
 

6. Semántica de los Dominios

"La naturaleza de la casa es más fuerte que la del signo"
(Marcus Manilius: Los Astrológicos)

     Vemos desde hace mucho tiempo que los "significados" atribuidos a las casas del Dodekatopos parecían obedecer a una cierta lógica y reclamaban de alguna manera una sistematización: por ejemplo las casas 3 (hermanos y hermanas), 7 (cónyuge) y 11 (amigos), asociados artificialmente a los signos zodiacales de Géminis, de Libra y de Acuario, y más artificialmente aún, al elemento AIRE, apuntando a una categoría común, la de las relaciones. Diversas tentativas fueron elaboradas, llegando todas a una división similar. He encontrado el mismo esquema cuadripartito repetido en un intervalo de 32 años: con Alan Leo (1913), las casas 1, 5, y 9 están asociadas al Fuego y el Yo (self), las casas 2, 6, y 10 a la Tierra y el No-Yo (not self), las casas 3, 7, 11 al Aire y a la Relación, las casas 4, 8 y 12 con el Agua y al Balance (summation). Con Marc Edmund Jones (1945), las casas 1, 5 y 9 están asociadas al Yo, las casas 2, 6 y 10 con los negocios y los objetos (concern), las casas 3, 7 y 11 con las relaciones, y las casas 4, 8 y 12 con las recompensas y los resultados (reward). Con Jean-Pierre Nicola (1977), las casas 1, 5 y 9 están asociadas al Sujeto, las casas 2, 6 y 10 al Objeto, las casas 3, 7 y 11 a la Relación, y las casas 4, 8 y 12 a la Integración.[46]

     Además del hecho de que estas distribuciones sistematizan, a mi punto de vista, un sistema de Casas caduco, el del dodekatopos, calcado sobre el zodíaco[47]  y donde los elementos se suceden en el sentido inverso al movimiento diurno, se refieren a una exterioridad. ¿Cómo podrían aparecer los objetos del mundo tangible en el tema natal? Kepler, detractor de la teoría clásica de las Casas, señala que "el cielo no le da al hombre sus hábitos, su historia, su felicidad, sus hijos, su riqueza, su esposa (...)"[48]  Ningún "objeto" del mundo tangible puede estar registrado en el tema natal de un nativo.

     Incluso si sólo se enuncia que la tercera casa no concierne a "los hermanos", sino la relación que podemos tener con ellos, entonces subsiste, sin embargo, un existente exterior que no tiene nada que ver con el astral. Sería necesario por ejemplo que ¡todos los hijos únicos tuviesen un tipo de configuración similar en "la casa de los hermanos"! Y, ¿por qué la existencia de hermanos y hermanas, acontecimiento aleatorio de orden biológico, estaría inscrito en el tema de un nativo donde su nacimiento, en ciertos casos, es anterior a dicho evento?

     Las Casas no pueden designar planes de realización individual exteriores a la conciencia; no se relacionan con los objetos exteriores, sino con estados, con motivaciones interiores. La diferenciación del espacio simbólico presupone diversos campos de organización de las impresiones. Las Casas astrales son para la conciencia los modos de aprehensión subjetiva de su ambiente, las texturas relacionales que ésta recorta en su medio. Éstas traducen la manera de la que percibe la relación con lo que la rodea, el modo en el que se siente implicada en el mundo, su modo de inserción existencial, su modo de-ser-en-el-mundo. Así, cada uno construye su espacio a través de una u otra de estas estructuras astrales.

     El Dominion está constituido por cuatro grupos de dos Casas, una diurna y la otra nocturna. Cada uno de estos grupos marca un cierto grado de apertura de la consciencia hacia lo que la rodea. Yo los llamo, Individuación, Aligación, Participación y Objetivación. La apertura de la consciencia es máxima en Objetivación, mínima en Individuación. Se pueden definir las implicaciones condicionales de estos diversos modos relacionales con el mundo que guían la consciencia. Así, la casa 3 (Individuación diurna = casa 10 del dodekatopos) no designa la ocupación, la profesión, ni incluso la carrera, los honores o la reputación, sino el modo de integración de la consciencia con el mundo, el modo individual, que incita a creer que la búsqueda de los honores y la gratificación social son el valor evidente que justifica su existencia, a pesar de los resultados efectivos de las acciones que pudieran inducirle a llevar a cabo para realizar sus ideales.

     Las casas Individuación[49]  marcan una tendencia a individualizarse, a adquirir caracteres distintivos, y a realizarse por aquello que tiene de más particular, de más personal, de más subjetivo, a desmarcarse de las realidades circundantes, e incluso a oponerse a todo el resto. Lo individuado se siente aislado: se bate y se debate en la liza de la competición.

     Las casas Aligación[50]  marcan una tendencia a exteriorizarse, a abrirse a los otros, a acercarse a realidades o a personas particulares, a unirse a ellas en una relación de reciprocidad, a desarrollarse en la relación y en la transparencia de las consciencias. Lo "aligado" se siente ligado: se mueve en el área de la interacción.

     Las casas Participación marcan una tendencia a interiorizar las realidades más diversas con vistas a lograr una interdependencia con estas realidades, a sentirse como una parte viviente de una totalidad englobante y orgánica, en la resonancia hacia una multiplicidad de seres y por una receptividad indefinida con lo viviente. Lo participado se siente rodeado, absorbido: se baña en la esfera de la integración.

Las casas Objetivación marcan una tendencia a abstraerse de lo real, a relacionarlo con una exterioridad que prolonga y diversifica los fenómenos aprehendidos, a perder él mismo toda su identidad definida hasta convertirse en el elemento, entre otros, de una complejidad que induce para cada uno de ellos relaciones determinadas: Lo objetivado se siente insertado: se abstrae en la red de la incorporación.

     Los pronombres personales del lenguaje ilustran esta cuadripartición. El YO (individuación) marca el aislamiento y la afirmación de un sujeto separado afrontando una multitud indistinta. El TU -y el VOSOTROS- (aligación) marca la relación con los otros, la puesta en perspectiva de la alteridad bajo la forma del diálogo, del intercambio y la permeabilidad de las consciencias. El NOSOTROS (participación) marca la integración a un conjunto orgánico que actúa al unísono, y no la simple asociación en vistas a los intereses comunes. El ELLOS -ELLAS, ELLA, EL- (objetivación) muestran la exterioridad y la objetividad de la mirada. Estas formas de enunciación en la literatura y en la escritura en general son frecuentemente indicadores, bastante fiables, de las tendencias del escritor: el YO de Agustín, de Montaigne y de Descartes, el TU de los diálogos de Platón, el NOSOTROS Heraclitiano...

     Los pronombres llamados "posesivos" no marcan invariablemente la posesión, pero se aplican, de acuerdo a las situaciones, a uno u otro de los cuatro modos relacionales: si evoco mi bolígrafo, mi gata que ronronea debajo de la mesa, mi estado de salud, o mi texto, el pronombre posesivo indica, respectivamente, la pertenencia, la conexión, la integración, o la imbricación. Mi bolígrafo es un objeto exterior a mí mismo: yo lo utilizo, podría intercambiarlo, no existe más que para serme útil. Mi gata es un ser con la cual mantengo una relación particular: ella tiene sus gustos, sus repentinos cambios de humor, sus ardides, y yo tengo los míos. Cuando hablo acerca de mi salud, difícilmente imagino hablar de otra cosa que de mí mismo. Y el texto que estoy escribiendo me es externo, ya que me pliego a múltiples obligaciones, pero es también, tal como trato de llevarlo a cabo, el reflejo de mi comprensión de un lenguaje y de un pensamiento que no me pertenecen como propios: por el acto de la escritura, me someto siempre a la infraestructura de una lengua y de un universo mental que existen antes que yo.

     El carácter "individuado" -que es precisamente tal, individuo, sólo bajo este modo- busca aumentar su prestigio y adquirir poder en el mundo que frecuenta. Dirige sus "empresas" con vistas a un provecho sustancial, material ó social. Su modo de aprendizaje es pragmático: busca resultados concretos mediante su transformación activa del mundo circundante. Para él son prioritarios la eficacia de la acción y el carácter utilitario del conocimiento. La diferencia ontológica de un individuo con su semejante, con su competidor, es vivida bajo el modo de la separación de las conciencias. El Yo se concibe a sí mismo como limitado y bloqueado por el No Yo: Fitche. La consciencia se siente alienada por toda alteridad o exterioridad: Sartre.

     Individuación diurna o abierta (la Situación): multiplicación de experiencias a fin de dejar su impronta en las cosas, afirmación del ego a través de la acción, realización de un proyecto o de una empresa susceptible de satisfacer el sentimiento subjetivo de poder, exaltación permanente en la persecución de objetivos. Sólo es real aquello que valida la fuerza.

     Individuación nocturna o cerrada (el Renombre): preservación de sus intereses y encierro en sí mismo, apropiación de la energía disponible en el medio, constitución y afirmación de sí mismo bajo una forma unívoca, asimilación y reorganización egocéntrica de la exterioridad. El intelecto como medio para el poder personal.

     El carácter "aligado" vive en simbiosis con los otros. Construye su personalidad a través de sus encuentros, del diálogo y del intercambio. Se despierta bajo la mirada del otro y en función de sus reacciones. Su modo de aprendizaje es afectivo: crece en la confianza y la calidez creadas por la presencia de los otros. El otro es alguien: es la condición para la transformación mutua de las consciencias. La diferencia ontológica es sentida como una imperfección, como una insuficiencia de cada ser aislado, y predispone a que cada uno encuentre a su (o sus) complementario(s). La socialización es sólo posible en el espacio de las conciencias que se reconocen: Rousseau. Lo real ofrece inmediatamente a la consciencia no el Yo sino el Otro: Scheler.[51]

     Aligación nocturna o cerrada (la Pareja): constitución de un espacio protector, permitiendo relaciones privilegiadas y cargadas de emoción, adhesión visceral a lo más cercano, a lo más íntimo, abandono y atención a aquello que se ama, efusión simultánea de las consciencias, cohabitación total en lo mejor y en lo peor. Equivalencia de lo mío y lo tuyo.

     Aligación diurna o abierta (la Amistad): participación en un campo comunitario donde se preserva la integridad y donde se reserva la función de organizador, creación de figuras, de roles y de escenarios en un espacio de convivencia donde cada uno encuentra su lugar, realización a través de la escenificación de lo cotidiano. Cada uno juega su personaje en la comedia humana.

     El carácter "participado" aspira a su ser esencial y se atiene a la voz de su interioridad. Inmerso en el movimiento indefinido del mundo, toma parte en sus mínimas variaciones, en sus más ínfimas vibraciones. Su modo de aprendizaje es ético: incita a la realización de lo que reclama la situación, en el abandono al momento y por la aceptación previa de las consecuencias de sus actos. La virtud resulta de una contemplación desinteresada, animada por una exigencia interior. La diferencia ontológica es una condición previa a la integración diferencial de cada uno al todo mismo. Cada ser expresa una perspectiva particular de una totalidad armoniosa: Liebniz. La intersubjetividad, por sí sola, es susceptible de llenar la brecha que separa a la consciencia del mundo: Husserl.

     Participación diurna o abierta (la Armonía): impregnación inmediata de las realidades más sutiles, apertura a lo posible y a lo intemporal, búsqueda del clima propicio para la realización, integración de la atmósfera intemporal que baña lo real, contemplación de su belleza indecible más allá de las apariencias. El mundo es mágico y está vivo de parte a parte.

     Participación nocturna o cerrada (el Misterio): desposeimiento de sí mediante el cuestionamiento de toda identificación formal, atención a lo improbable, capacidad de transformarse a sí mismo en el seno de un campo estrecho pero localmente intensificado, espiritualización de la consciencia sensibilizada hasta lo indecible. El mundo es insondable y no es lo que parece ser.

     El carácter "objetivado" busca un conocimiento que trata, por una misma lógica, los fenómenos externos y los que dirigen su espíritu, y aprehende un conocimiento susceptible de liberarlo de sus motivos egoístas que resultan de su arraigamiento existencial. Su modo de aprendizaje es cognitivo: presupone la adecuación del intelecto y del lenguaje al mundo exterior, y se desarrolla mediante la abstracción y el razonamiento. La diferencia ontológica está regida por leyes generales. Lo real es racional en su totalidad: Hegel. Lo real puede ser el objeto de un análisis lógico infinito: Peirce.

     Objetivación nocturna o cerrada (el Conocimiento): control de las restricciones y obligaciones que lleva a trascender toda dependencia material o existencial, despojamiento y eliminación de artificios, adormecimiento de toda excitación, construcción razonada de sí mismo y del mundo. El conocimiento libera de la ignorancia y de la agitación.

     Objetivación diurna o abierta (la Comunicación): experimentación de sí mismo por la implicanción en un tejido de relaciones abstractas, multiplicación de sus relaciones mediatizadas con el ambiente, abolición del ego y del sentimiento trágico del aislamiento. El saber acerca a los hombres.


El Dominion


     Las 8 casas se inscriben en una sucesión bastante lógica.[52]  En Comunicación y en Amistad, el hombre busca superar su aislamiento: despierta al mundo, y luego se une a otros. En Situación y en Armonía, busca superar su impotencia: se instala en la sociedad, después se abre a la vida en toda su diversidad.[53]  En la Pareja y el Conocimiento, busca superar lo incompleto de sí: se retira junto con lo que ama, y luego con lo que sabe. En Misterio y en Renombre, alcanza el término de su existencia y busca trascender su destino: abandona todo y descubre la inefabilidad del mundo, puesto que ya no está allí, y lega su herencia, sus propiedades y su nombre.

     Las designaciones griegas de las Casas astrológicas (la Puerta Infernal, la Mala Fortuna, el Dios...) fueron abandonadas y reemplazadas por simples números, lo que a mi parecer es un signo del fracaso del sistema de 12 Casas en el plano simbólico. Si comparamos ahora los "significados" de las 12 casas[54]  con los que propongo en mi interpretación del octotopos, se observa una relativa concordancia:

     Por otra parte, desde hace mucho tiempo estoy desconcertado por el emparejamiento incoherente de las designaciones griegas de las 12 casas: La Buena Fortuna (Agathê tuchê) y la Mala Fortuna (Kakê tuchê) de las casas 5 y 6, el Buen Espíritu (Agathos daimôn) y el Mal Espíritu (Kakos daimôn) de las casas 11 y 12, el Dios (Theos) y la Diosa (Thea) de las casas 9 y 3, las dos primeras parejas asociando casas contiguas, el tercero casas simétricas. Yo propongo la siguiente explicación: las casas 5, 12 y 3 habrían sido agregadas posteriormente, así como la casa 8 cuya designación griega continúa siendo problemática. Habría existido así otro modelo del octotopos que no comprendía, además de las 4 casas angulares, más que las casas 2 (Aidou pulê = latín Porta inferna = la Puerta de Hades o Puerta del Infierno), 6 (Kakê tuchê = latín Mala fortuna = la Mala Fortuna), 9 (Theos = latín Deus = el Dios) y 11 (Agathos daimôn = latín Bonus daemon = el Buen Espíritu) del dodekatopos ulterior. Este sistema es coherente por las siguientes razones: la Mala fortuna (Kakê tuchê) y la Porta inferna (Aidou pulê) se encuentran por debajo del horizonte (nótese su carácter femenino y negativo), el Deus y el Bonus daemon por encima del horizonte; la Mala fortuna se opone semánticamente al Bonus daemon y la Porta inferna al Deus; la Porta inferna es lógicamente la última casa, la que marca el pasaje a la muerte. Así, aquí está probablemente, la versión griega, probablemente la más antigua del octotopos, y su equivalencia con el modelo del Dominion:      La existencia de un octotopos, organizado en el sentido diurno, y yendo desde la casa 1 (vita) hacia la casa 8 (muerte) está atestiguado (cf. supra). La existencia de este otro octotopos, organizado también según el movimiento diurno, me parece, pues, fuertemente probable: además es totalmente compatible con el Dominion, tal como lo he imaginado, intuitivamente, desde 1982. Es probablemente anterior al otro octotopos, el cual no habría aparecido hasta después de la asimilación de los doce signos zodiacales con las doce casas del Dodekatopos, según al diagrama que guía aún, desgraciadamente, la mayoría de las interpretaciones: Aries / la vida, Tauro / el dinero, Géminis / los hermanos...

Retomemos el diagrama evolutivo de Gundel, pero esta vez, en 6 etapas:

    Así, frente a este verdadero rompecabezas, a saber, la existencia de al menos dos modelos semánticos concurrentes del octotopos, y de diversas variantes del dodecatopos, no es sorprendente que Manilius no pudiera aclararlo: lo que es cierto, es que Bouché-Leclercq, 1900 años después, tampoco lo ha comprendido.


7. La Domificación

"Estos reinos no han venido de un punto exterior.
Vienen de las cuatro divisiones de tu corazón."
(Bardo Thödol)

     Alrededor de 60 sistemas de domificación (es decir, de organización de las Casas astrológicas en la esfera celeste) han sido elaborados. Teóricamente podríamos imaginar muchos más, en función de un cierto número de criterios: el número de casas, su situación en relación con los puntos de referencia (casas contadas a partir de puntos o puntas, o bien centradas sobre las puntas), su sucesión (sentido del movimiento diurno o sentido inverso), los planos de división (eclíptica, ecuador, horizonte, vertical, meridiano), la proyección o no de los puntos de división sobre la eclíptica...

     John North ha mostrado que los sistemas de domificación atribuidos a Campanus (s. XIII), Regiomontanus (s. XV) y Placidus (s. XVII) son muy antiguos.[55]  El gran al - Bîrûnî (973-1049) preconizaba el "método Campanus". Geoffrey Dean ha clasificado los métodos de domificación en tres categorías: los que dividen directamente la eclíptica (como el sistema de casas iguales), los que proyectan sobre la eclíptica los puntos resultantes de otro plano de división (como en el sistema de Jean-Baptiste Morin, y los de Campanus y Regiomonatanus), los que resultan de la división de los semiarcos diurnos y nocturnos (como en el sistema atribuido a Placidus, el de Walter Koch (1895-1970), y el método topocéntrico (1963) de Wendell Polich y Anthony Page).[56]  Otro método original, basado sobre varios planos de división la esfera celeste, ha sido adoptado por el astrólogo italiano Aldo Lavagnini.[57]

     Los sistemas de división que se demuestran impracticables para las latitudes extremas me parecen, enseguida, descalificados (por ejemplo Placidus), así como los que, para las mismas latitudes, presentan grandes desproporciones entre las casas (como Campanus). Debido a la inclinación de la eclíptica en relación con el ecuador, se observan horarios desiguales para la aparición o ascensión de los signos zodiacales a lo largo de un mismo día. La principal dificultad de las técnicas de domificación resulta de su intención de proyectar las casas sobre la eclíptica. A continuación presento, sin embargo, un sistema de domificación original, y adaptado al Dominion, bastante cercano al desconocido sistema de Lavagnini, totalmente convencido de que no es necesario proyectar las puntas de las casas sobre la eclíptica. Su interés es esencialmente práctico.

      Las casas tienen extensiones comparables sobre la eclíptica, pero no iguales, y se suceden en el sentido del movimiento diurno. Se calculan a partir de 3 puntos: el ASC, el MC y el "Punto del Este" (ESTE), es decir, "el Ascendente ecuatorial", dicho de otro modo, el grado zodiacal que resulta para un nacimiento ecuatorial, o también el punto de intersección oriental entre los planos del horizonte y del ecuador. A partir del punto medio (M) entre el Ascendente y el Punto del Este, se calcula la diferencia angular (D) entre el M y el MC. Se pueden presentar dos casos:

    Elijo el divisor 8 porque hay 8 casas. Las casas angulares (1,3,5 y 7) tienen una extensión de 45° cada una, y la casa 2 se localiza siempre a igual distancia del punto M y del MC. Tomemos el tema natal de Paul Valéry: AS=78°, MC=321°, PE=56° (valores aproximados).

78 - 56 = 22 de donde M = 56 + (22 / 2) = 67°
D = (360 + 67) - 321 = 106°
D > 90 ° donde la extensión de la casa 2 = 45 + (106 - 90) / 8 = 47°
Mitad de la casa 2 = (321 + 67 - 360) / 2 = 14°
Inicio de la casa 2 = 14 + (47 / 2) = 37° 30
Inicio de la casa 3 = Fin de la casa 2 = 37° 30 + 360 -47 = 350° 30
Inicio de la casa 4 = 350° 30 - 45 = 305° 30
Inicio de la casa 5 = 305° 30 - 43 = 262° 30
Inicio de la casa 6 = 262° 30 - 45 = 217° 30
Inicio de la casa 7 = 217° 30 - 47 = 170° 30
Inicio de la casa 8 = 170° 30 - 45 = 125° 30
Inicio de la casa 1 = 139° 30 - 43 = 82° 30


carta natal Paul Valéry


     Prácticamente, es la posición del Sol, y luego las de la Luna y de una eventual agrupación planetaria, quien determina la cualidad sectorial del nativo. Así en el tema natal de Valéry, el Sol, en 7° de Escorpio, está en la casa 6 (el Conocimiento) y la Luna, en 4° de Géminis, está en casa 1 (la Comunicación), las dos casas de la objetivación. Generalmente, una natividad presenta una casa principal y una casa secundaria. Con la ayuda de un programa de valorización y de jerarquización de los operadores astrológicos (planetas, signos zodiacales y casas), que trabaja bajo DOS, con en el que he estado trabajando desde Agosto de 1983, y que pondré quizás algún día a disposición de los lectores de C.U.R.A., busqué temas natales de escritores que presentaban una evaluación particular en lo que concierne a los planetas y signos zodiacales (dicho de otro modo, casi un sólo signo y un sólo planeta, lo cual es bastante raro) a fin de ilustrar la importancia del operador sectorial en el tema natal, y encontré los datos siguientes, que "hablan" por sí mismos:

Valéry, nacido el 30 de Octubre de 1871, a las 19h, Sète: Escorpio, Marte, Objetivación Nocturna.
Baudelaire, nacido el 9 de Abril de 1821, a las 15h, París: Aries, Marte, Participación diurna.
Proust, nacido el 10 de Julio de 1871, a las 23,30h, París: Cáncer, Saturno, Participación nocturna
Miller, nacido el 26 de Diciembre de 1891, a las 12,30h, Brooklyn (New York): Capricornio, Mercurio, Individuación y Participación diurnas.
Freud, nacido el 6 de Mayo de 1856, a las 18,30h, Freiberg (Moravia): Tauro, Urano, Aligación nocturna.

     Sostengo que es imposible comprender estos temas sin tener en cuenta el Dominion. El autor de los ensayos Du vin et du haschisch (1851) y Les Paradises artificiels (1860) es un niño de la casa 4. El de La Soirée avec Monsieur (1896) y Cahiers, esta empresa colosal y única de análisis distanciado, aquél para quien, ¡desgraciadamente! (en vista del mundo en el que vivimos) la estupidez no era el punto más fuerte, es un hijo de la casa 6. Y los conceptos de resistencia y de transferencia juegan un rol motor en esta terapia inter-relacional (Casa 5) que es el psicoanálisis.


8. Cuadriversidad y Culturas

"Sólo hemos traído tres.
El cuarto no quiso venir:
Decía ser el que tiene razón,
El que piensa por todos ellos."
(Goethe: Fausto 2.2)

     La cultura hindú ha elaborado diversos tratados[58]  que legislan sobre uno u otro de los cuatro dominios de la actividad humana, esos campos de despliegue del comportamiento, que son también las cuatro finalidades de la acción, a través de los cuales cada uno es invitado a consumar su humanidad.[59]  La individuación incita a buscar artha (el interés, el éxito) por la posesión material (riqueza y prosperidad) o por el reconocimiento social (honores, respetabilidad, celebridad), la Aligación kâma (el amor, el placer), a la vez satisfacción de los sentidos, goce, y afecto, deseo, realización de la felicidad, la participación dharma (el deber, la virtud) por el cumplimiento virtuoso de la ley inmanente propia a cada uno, y la objetivación moksha (la salud, el alivio) que es la liberación, descondicionamiento, el franqueamiento de la ignorancia y superación de las otras tres metas de la existencia.

     Cada una de estas finalidades cardinales de la existencia (el interés, el amor, la virtud, la sabiduría) reclama un modo de comportamiento específico: comportamiento realista en individuación, comportamiento ritual en vinculación, comportamiento ético en participación, comportamiento idealista en objetivación. El comportamiento realista se define por la propensión a utilizar los medios adecuados a fin de tomar parte del ambiente y de sus posibilidades presentes; el comportamiento ritual está marcado por la imitación de los usos y costumbres, por el respeto concedido a la organización social y a las diferencias personales; el comportamiento ético está marcado por la atención puesta hacia la integridad de cada uno y por la propensión a seguir sus inclinaciones, expurgadas de todo fin egoísta o interesado; el comportamiento idealista se define por la preocupación de aprehender lo real, depurado de sus manifestaciones contingentes, en una racionalidad total.[60]

     Max Weber presenta una concepción similar, y cuaternaria, de las motivaciones de la acción y de los tipos de comportamiento, así jerarquizadas, de la más simple a la más evolucionada: el comportamiento "estrictamente tradicional" (ritual), el comportamiento "estrictamente afectivo" (ético), el comportamiento "racional por valor" (idealista) y el comportamiento "racional por finalidad" (realista).[61]

     La perspectiva propia a cada sistema de pensamiento, en el seno de un mismo espacio cultural, se inscribe necesariamente en uno u otro de estos espacios relacionales. Quedémonos en la India donde cuatro corrientes principales inervan la metafísica. En el brahamanismo (aligación), la salvación se opera por la reunificación con el brahman, sustancia única, presente en todo ser, y a quien cada uno puede unirse bajo la forma de Sí (âtman). En el jaïnismo (individuación), la mónada de vida (jîva), alma única y particular de cada uno, se distingue absolutamente de la materia kármica (a-jîva) y se separa de ella al término de sus reencarnaciones sucesivas. En el budismo (objetivación), la vacuidad universal (çûnyatâ) subraya la ilusión (mâyâ) de los fenómenos, artefactos del espíritu que los percibe, y de los cuales puede liberarse por la extinción (nirvâna). En el hinduismo (participación), la primera, última y eterna concepción de la India, la salvación es independiente de toda intencionalidad y se obtiene por la acción desinteresada y por el reconocimiento de sus beneficios.[62]  Vishnú está dotado de 4 brazos y se manifiesta a través de un número teóricamente indefinido de avatares que regeneran al mundo. Que nos disciplinemos mediante el ejercicio (yoga) o que nos consumemos en la experiencia inmediata (bhoga): es todo uno. Los cuatro caminos conducen a uno mismo fin: artha, kâma, dharma y moksha son una misma y única cosa.[63]

     Asimismo, en el seno de las diversas escuelas de la China prebudista, se desprenden cuatro corrientes principales: la Escuela de las Leyes que enseña el arte de legislar y administrar (individuación), la Escuela de las Denominaciones que enseña la lógica y el arte de las designaciones (objetivación), la corriente taoísta (participación) que enseña la autonomía y el desapego del mundo, y las Escuelas del Bien Público de Confucio y de Mao Tse (aligación), mezcladas hasta la dinastía Han, "bajo una designación común (jou-mö)".[64]

     Esta cuadripartición (diferenciación cuaternaria) es susceptible de aparecer en el seno de una misma corriente de pensamiento. En el Bardo Thödol, el famoso tratado budista tibetano, la sucesión de los cuatro "Budas", después de la aparición de Vairocana (el maestro de todo objeto de conocimiento), ilustra la cuadriversidad de los puntos de vista y de los caminos de la sabiduría: por la aligación con Vajrasattva Aksobhya (representando la sabiduría "semejante al espejo"), por la objetivación con Ratnasambhava (representando la sabiduría de la ecuanimidad), por la individuación con Amitabha (representando la sabiduría discriminativa), y por la participación con Amoghasiddhi (representando la sabiduría "que todo puede lograr").[65]

     La filosofía griega ha buscado volver a rendir cuentas del movimiento y de la multiplicidad del mundo fenoménico -de la agitación, respecto al pensamiento chino, y aún de la exterioridad respecto de la metafísica hindú- pero también del origen de ese mundo fenoménico, por medio de las nociones de Principio (Heráclito, Zenón de Citio), de Modelo (Pitágoras, Platón), de Fundamento (Parménides, Aristóteles), y de Causa (Demócrito, Epicúreo). Estas formas arquetípicas del comienzo han sido cristalizadas en las cuatro grandes corrientes del pensamiento griego, que han marcado el destino de la filosofía occidental durante dos milenios.[66]

     Para Platón (aligación), el mundo temporal ha sido creado a la imagen de un mundo ideal, intemporal, al cual el alma, en el pasado, estaba ligada, y que ha olvidado, y al cual, ocasionalmente accede, indirectamente, mediante la reminiscencia. Así el mundo sensible, segundo, no existe por sí mismo, sino por su dependencia al mundo inteligible. El deseo (eros) es la aspiración al complementario, a la mitad perdida (mito de la androginia) que no existe verdaderamente más que en el mundo original. El Modelo es la última referencia judicativa del parecido de las copias a su arquetipo ideal.

     Con Aristóteles (individuación), cada parte del mundo es autónoma y autosuficiente. Todo puede aprehenderse a partir de la sustancia presente, de lo existente, de "el ser en acción", particularizado y actual, individualidad lograda (entelequia), orgánica o inorgánica. Lo real se concibe de manera múltiple y presupone la absoluta trascendencia de un primer motor, Dios, que ha producido el mundo sin haberse mezclado con él, y donde la existencia no tiene ninguna incidencia moral directa. Es el Fundamento, el cimiento, que legitima toda manifestación fenomenal individual.

     Epicúreo (objetivación) preconiza un materialismo integral aplicado a la totalidad de los fenómenos. El mundo es estrictamente corporal, compuesto de átomos, en número infinito, con propiedades definidas, y donde las diversas combinaciones determinan la multiplicidad fenomenal indefinida. Algunas premisas en número limitado, que tienen que ver con la pesadez y la declinación de esas partículas, son suficientes para rendir cuentas del movimiento material, del deseo humano y de las pasiones, así como de la diversidad de las lenguas y de las culturas. La Causa es la condición de una explicación in extenso de la realidad fenomenal, natural y cultural.

     En la filosofía de Zenón (participación), la penetrabilidad de la materia supone la existencia de una fuerza unificante, el aliento (pneuma), intrínseco a la sustancia corporal. El mundo es Uno, organismo inmanente, viviente y divino de parte a parte, uniformemente sembrado de vida y espíritu, eternamente regenerado. Todo conspira en el seno de una simpatía cósmica. El Principio justifica el origen común de la multiplicidad fenoménica de la que deriva y de la armonía universal de la que resulta.

     El neoplatónico Damascius (~462-538), el último gigante de la filosofía de lengua griega, coordina las tres teorías rivales del autor de Timeo y de Parmenide, y reserva la "última palabra" al Modelo -incluso si éste último no hubiese terminado de "dar que hablar"- en el seno de una metafísica sincretista del Uno, el cual es el arquetipo supersencial de la mirada que tiene el filósofo sobre el mundo, y del que los tres modos son la pura subsistencia como manencia indiferenciada o el Uno-Todo (próximo al mundo estoico), la procesión hacia lo múltiple como vector de pluralidad o el Todo-Uno (próximo al átomo epicúreo) y la conversión versus el Uno como vector de composición o lo Unificado (próximo a la entelequia aristotélica).[67]

     El cuaternario aparece en la filosofía bajo múltiples formas que son ilustraciones de la cuadriversidad de los puntos de vista, así como del ejercicio de la razón matricial. Por ejemplo Johann Fichte señala la separación absoluta de cuatro formas de consciencia que traducen, sea la diversidad absoluta de los objetos (objetivación), sea la unidad y la identidad del sujeto (individuación), sea la moralidad de la acción procedente del puro Yo de la consciencia (participación), sea la unidad real o la adecuación sujeto-objeto (aligación).[68]

     Maurice Merleau-Ponty distingue cuatro estados de la percepción (auditiva): "un sonido objetivo que resuena fuera de mí en el instrumento" (objetivación), "un sonido atmosférico que está entre el objeto y mi cuerpo" (participación), "un sonido que vibra en mí como si yo me hubiera convertido en la flauta" (aligación), y un sonido que "desaparece y deviene la experiencia (...) de una modificación de todo mi cuerpo" (individuación).[69]

     El cuaternario sectorial rinde cuentas de una axiología: los valores prácticos (lo Fuerte, lo Útil, lo Eficaz...), los valores afectivos (lo Bello, lo Agradable, lo Amado...), los valores éticos (lo Bueno, lo Justo, la Virtuoso...) y los valores cognitivos (lo Verdadero, lo Exacto, lo Lógico...). Los valores prácticos privilegian al Yo y sus intereses; los valores afectivos suponen la capacidad de volverse hacia el otro; los valores éticos reclaman una atención para todos y cada uno en particular; los valores cognitivos privilegian el análisis abstracto de las relaciones entre los seres. Este cuaternario inaugura también el I Ching, introducido por el hexagrama Chien (=K'IEN): yuán (causa inicial) - heng (libre expansión) - li (bien) - tsheng (perfección): "La causa inicial (energía), es esa que hay de más primordial en el bien; la libertad, es la reunión de todas las bellezas; el bien, es la armonía de los deberes; la perfección, es el tallo que soporta todas las cosas."[70]

     Es sabida la preferencia de Platón por la idea del Bien. El pensamiento moderno en su conjunto finge dar privilegio a los valores cognitivos, mientras que se somete muy frecuentemente a los valores prácticos. Benedetto Croce, ese sobreviviente del brillante pensamiento italiano del Renacimiento, postula una igual magnitud para las cuatro formas o "funciones del espíritu": lo económico-técnico, lo estético, lo ético, lo lógico. Éste insiste sobre la idea que la lógica no juega ningún rol privilegiado en el cuaternario: no es ella quien hace la distinción; ella se contenta solamente con aportar el concepto de distinción: "Está en el interior y no en el exterior de la filosofía, de la misma manera que (...) el espejo de agua que refleja el paisaje es una parte del paisaje." [71]

     Las manifestaciones de esta cuadrialéctica son innumerables en la filosofía. Hay siempre cuatro mundos, o más bien cuatro visiones al mundo, que se enfrentan y cohabitan. Los sistemas de pensamiento adoptan necesariamente y buscan imponer la primacía de una u otra de estas perspectivas: filosofías del Yo y de la consciencia (individuación), filosofías del otro y de la relación (aligación), filosofías panteístas y organicistas (participación), filosofías analíticas y estructuralistas (objetivación). En el s. XVII se confrontó el Cogito [**] cartesiano, la visión en Dios de Malebranche, el monismo pluralista de Leibniz y el atomismo mental de Locke.

     Las Casas astrológicas determinan ópticas: representan los modos de arraigamiento existencial en el seno de los cuales cada uno se inserta: la liza del poder social, el área de la convivencia, la esfera de la espiritualidad, o la red del conocimiento. Informan acerca de la receptividad de la consciencia para un cierto contacto relacional con el mundo, y finalmente acerca de la autoridad que cada uno reconoce sobre su propia existencia: la de la sociedad en su conjunto, la de personas particulares, la de lo sagrado e indefinido, y aún la de una comunidad sabia más o menos ideal. Esa mirada, y ella sola, es juez ante nuestra conciencia, de lo que valemos. Si se trata de las "cuentas a rendir", éstas se definen en estos lugares.


[*]  Nota del la Traductora: En el texto original el autor utiliza la palabra Vi-vent, que al igual que en español, permite un juego de palabras haciendo hincapié en la relación entre vida y viento. « Texto

[1]  Cf. Léopold de Saussure, "L'órigine de la rose des vents", en Archives des Sciences Physiques et Naturelles, 5.5, Genève, 1923. « Texto

[2]  D. Haigh, "Yorkshire dials", in Yorkshire Archeological Journal, 1986, p.166; citado por Prudence Jones, "Celestial and Terrestrial orientation", en Anabella Kitson (ed.), History and astrology (Clio y Urania confer), Unwin, London, 1989, p.40. « Texto

[3]  Cf. Prudence Jones, Ibid., p.41 y p.45. « Texto

[4]  Cf. la tabla n° 90827 del British Museum (en L. W. King Babylonian boundary-stones and memorial tablets in the British Mueseum, London, 1912, vol. 2, plate XVIII), y también Giovanni Schiaparelli (Die Astronomie im alten Testament, Giessen, 1904) y Astrologie en Mesopotamie (Les Dossiers d'Archéologie 191, 1994, p.43, p.51 y p.65). « Texto

[5]  L. W. King, Ibid., vol.1, p.XV. King advierte sin embargo acerca de la necesidad de "distinguir el carácter original de los símbolos, de la significación posterior que la especulación neobabilónica les ha dado." (en Ibid., vol.1, p.XVI). « Texto

[6]  Cf. la tabla del British Musuem, proveniente de Nínive y datada en el s. VII a. de C., en Astrologie en Mésopotamie, Les Dossiers d'Archéologie 191, 1994. p.36. « Texto

[7]  Cf. Joseph Needham, Science and civilisation in China, Cambridge University Press (UK), vol.2, 1956, p.355. « Texto

[8]  Mânava-Dharma-Shâstra, tr fr. A. Loiseleur-Deslongchamps, Paris, Garnier (1939?), I 13, p.4. « Texto

[9]  en Horoscopes and history, London, Warburg Institute, 1986, p.1. Cf. también Frank Robbins: "La división en ocho era una concepción más antigua que el sistema de doce regiones". (en "A new astrological treatrise: Michigan Papyrus N° 1", I 20-26, en Classical Philology 22.1 (University of Chicago Press), 1927, p.36. « Texto

[10]  Cf. Otto Neugebauer & Henry Van Hoesen, Greek horoscopes, Philadelphia, American Philosophical Society, 1959, p.138-140 y p.152-157. « Texto

[11]  Marcus Manilius, Les Astrologiques (Astronomicon), trad. fr. Alexandre-Guy Pingré (1711-1796), Paris, 1786; ed. René Alleau, París, Denoël, 1970, p.171. Cf. también la traducción versificada de Louis Ricouart: Les cinq livres des astronomiques, Anzin, E. Dugour, 1882. « Texto

[12]  The five books of M. Manilus, trad. ingl. Thomas Creech, London, 1697; Washington, National Astrological Library, 1953. « Texto

[13]  Julius Firmicius Maternus, Mathesis, (Livres I et II), ed. y trad. fr. P. Monat, París, Belles Lettres, 1992, p.109-110 y p. 114-118. « Texto

[14]  Julius Firmicius Maternus, Mathesis, (Livres III à V), ed. y trad. fr. P. Monat, París, Belles Lettres, 1994, IV 16.4, p.170. « Texto

[15]  Auguste Bouché-Leclerq, L'astrologie grecque, París, Ernest Leroux, 1899, p.279-280. « Texto

[16]  Cf. Cyril Fagan, Astrological origins, St Paul (Minessota), Llewellyn Publications, 1971, p.162. « Texto

[17]  Es a Thrasyllos a quien se le debe el reagrupamiento tetralógico de las obras de Platón, que prevaleció en los manuscritos medievales y que se encuentra en vigor aún actualmente. « Texto

[18]  "Los señores de los ocho sectores (Este, Sudeste, Sur, Sudoeste, Oeste, Noroeste, Norte y Noreste) son respectivamente Indra, Agni, Yama Nirriti, Varuna, Vayu, la Luna y Shiva". (Varâha Mihira, en Brihat Samhita, ed.-trad. Panditabhushana Subrahmanya Sastri & Vidwan Ramakrishna Bhat, Bangalore (Inde), Soobbiah, 1947, 86.75, p.666). Cf. también Ibid., 54.3, p. 459 y 86.34, p.656. Las 8 casas siguen en tela de juicio en la obra de uno de sus discípulos (de su hijo?), Prithuyasas (cf. su Horasara, ed.-trad. Panditabhushana Subrahmanya Sastri & Vidwan Ramakrishna Bhat, Bangalore (Inde), Soobbiah, 1949). « Texto

[19] Wilhelm Gundel, Neue astrologische Texte des Hermes Trismegistos, München, Abhandlungen der Bayerischen Akademie der Wissenschaften, 1936, cap. 13 ('Die Lehre der Kentra und der Quadranten') y 14 ('Die Lehre der zwölf Haüser oder Orte'), p.301-313. « Texto

[20]  Platón, Timée (32b), in Oeuvres complètes, trad. fr. Léon Robin, Paris, Gallimard, 1950, vol.2, p.447. « Texto

[21]  Este modelo es especulativo: necesita ser confirmado por análisis colaterales. Podemos discutir la asociación entre el amanecer y la sequedad. Sin embargo, al amanecer es cuando el sol comienza a desecar la tierra, y cuando los vientos del este son secos. (cf. por ejemplo Fred Gettings, The Arkana dictionary of astrology, London, Routledgee & Kegan Paul, 1985; ed. rev., London, Arkana, 1990, p.404). « Texto

[22] "They [los discípulos de Marcus] maintain, then, that first of all the four elements, Fire, Water, Earth, and Air, were produced after the image of the primary Tetrad above, and that then, we add their operations, viz., heat, cold, dryness, and humidity, an exact likeness of the Ogdoad is presented. They next reckon up ten powers in the following manner: There are seven globular bodies, which they also call heavens; then that globular body which contains these, which also they name the eighth heaven; and, in addition to these, the Sun and Moon. These, being ten in number, they declare to be types of the invisible Decad, which proceeded from Logos and Zoe. As to the Duodecad, it is indicated by the zodiacal circle, as it is called; for they affirm that the twelve signs do most manifestly shadow forth the Duodecad, the daughter of Anthropos and Ecclesia." (in Irénée de Lyon (~135-205), Contre les hérésies, I 17.1; texto disponible en la Gnostic Society Library, http://www.webcom.com/~gnosis/library/advh1.htm). Cf. también Irénée (saint), Contre les hérésies, éd.-tr. Adelin Rousseau (et al.), Paris, Cerf, 1965- « Texto

[23]  en Frank Robbins, "A new astrological treatise: Michigan Papyrus N° 1", I 20-26, en Classical Philology 22.1 (University of Chicago Press), 1927, p.14 (edición sin traducción). Cf. también el Michigan Papyrus 149 donde Wilhelm Gundel ha señalado la importancia y la originalidad en relación con la astrología popular (in Wilhelm Gundel & Hans Georg Gundel, Astrologumena, Wiesbaden, Franz Steiner, 1966, p.25 y p.36), y que Rupert Gleadow ha traducido (en American Astrology, sep-oct 1950). (No he logrado aún conseguir este texto, ni su traducción). « Texto

[24]  Cyril Fagan, en Astrological origins, St Paul (Minnesota), Llewellyn Publications, 1971, p.161. « Texto

[25]  Tycho Brahe, De nova stella, in Opera omnia, ed. John Dreyer, Hauniae, vol. 1, 1913, p.35-44 (Cf. también en el mismo volumen la representación de los temas natales con las ocho direcciones que simbolizan las casas (p.83-130), así como la, muy asombrosa, de temas natales bajo una forma elíptica (p.75-82), la que ha podido inspirar a Kepler a partir de su descubrimiento de la primear ley del movimiento orbital de los planetas. « Texto

[26]  Según John North, Horoscopes and history, London, Warburg Institute, 1986. « Texto

[27] Cf. Nicholas Culpeper, Astrological Judgment of diseases, London, 1655; Tempe (Arizona), American Federation of Astrologers, s.d. (1959), p.17-18. « Texto

[28]  Cf. Wilhelm Knappich, Geschichte der Astrologie, ms Wien, 1953, p.566-567. (No he podido conseguir aún su artículo aparecido en Astralen Warte, mayo-octubre 1950). « Texto

[29]  Isha Schawaller de Lubicz, Her-Bak "pois-chiche", Paris, Flammarion, 1955, p.369-373. « Texto

[30] Séneca, en Questions naturelles, III 14.2, trad. fr., Paris, Belles Lettres, 1929, vol. 1, p.129. « Texto

[31]  Kaushîtaki Upanishad, trad. fr. Louis Renou, Paris, Adrien Maisonneuve, 1948, IV 2-18, p.61-68. « Texto

[32]  Son "los diferentes puntos del espacio que recorre regularmente el sol según la cosmología india" (Jeannine Auboyer, "Le char du soleil à Konarak", en Archeologia 23, 1968, p.8). « Texto

[33]  Arlette Leroi-Gourhan & Ichiro Ayamanaka, "Un très ancien football", in Archeologia 320, 1996, p.62-65. « Texto

[34]  La fecha del 17 de febrero 3102 a. de C. (- 3101) marca una configuración astrológica excepcional: todos los planetas se sitúan en una desviación angular de 90° (de 41° si excluimos a Urano y Neptuno). « Texto

[35]  La astrología no ha sido desorientada por el advenimiento del heliocentrismo, y no lo será en tanto que el centro de percepción no abandone la superficie terrestre. Sólo los astronautas, bruscamente, podrían transformar su potencial astral. (Cf. el retorno problemático sobre la tierra de los primeros astronautas americanos, el film Solaris (1972) de Andreï Tarkovski, y Daniel Verney, Fondements et avenir de l'astrologie (Paris, Fayard, 1974). « Texto

[36] El esquema se aplica estrictamente a un astro situado exactamente sobre la eclíptica, puesto que el Ascendente es un punto de intersección entre los planos de la eclíptica y el horizonte, el punto "que se eleva" al Este, a la izquierda de un observador girado hacia el Sur, es decir en la dirección del sol al mediodía en el Hemisferio Norte. « Texto

[37]  Por el sentido que le doy a estos términos (Individuación diurna I + y nocturna I-, Aligación diurna A+ y nocturna A-, Participación diurna P+ y nocturna P-, Objetivación diurna O+ y nocturna O-), cf. infra: "Sémantique des Domaines" « Texto

[38] El ASC marca "las tendencias a replegarse sobre sí mismo", el MC "las tendencias a elevarse", el DS "las tendencias a proyectarse hacia los otros" y el FC " las tendencias a agobiarse" (en Armand Barbault, Technique de l'interprétation, 1952; Paris, Dervy, 1986, vol. 1, p.134-136). El consenso es bastante general entre los astrólogos en cuanto a estas connotaciones. Sin embargo el término de introversión concerniente al ascendente permite evitar ciertos contrasentidos en el significado de este sector. « Texto

[39]  Graham Douglas menciona las 8 casas en "Astrology and semiotics", Martin Budd (ed.), Radical astrology, London, Radical Astrology Group, 1983. « Texto

[40]  Michel Gauquelin, Les hommes et les astres, Paris, Denoël, 1960. « Texto

[41]  T.O McGrath (en Timing business activity and the Sun): "En todo cuerpo magnético existen dos polos, (a semejanza del Sol y de sus satélites), las corrientes magnéticas circulan desde el polo norte hacia el polo sur, su actividad mínima se manifiesta a los 90 grados y su actividad mínima cada 45 grados" (citado in Dane Rudhyar, L'astrologie de la personnalité, New York, Lucis Press, 1936; version fr., Paris, Librairie de Médicis, 1984, p.186). No obstante, Rudhyar atribuye impropiamente esta polarización magnética al zodíaco. « Texto

[42]  Yi Ching (Le livre des transformations), versión alemana de Richard Wilhelm, trad. fr. Étienne Perrot, Paris, Libraire de Médicis, 1973; 1977, p.306. Cf. también Marcel Granet, La pensée chinoise, 1934; Paris, Albin Michel, 1950, p.186. « Texto

[43]  Yi Ching (Le livre des transformations), versión alemana de Richard Wilhelm, trad. fr. Étienne Perrot, Paris, Libraire de Médicis, 1973; 1977, p.305. « Texto

[44]  K'AN mantiene semejanza con LI, y CHEN con TUI, no ya según el centro, sino según un eje de simetría. Jean Marolleau observa que el T'ai Ki chino simboliza la reunión de las simetrías central y axial, y que la disposición circular de los Hexagramas y de los Trigramas obedece a una lógica binaria que revela una simetría axial detrás de una simetría central aparente (en La GalaxieYin Yang, Paris, Robert Dumas, 1975). Demetrio Santos llega a la misma conclusión concerniente a la simetría axial que fundamenta el orden de los trigramas (en Investigaciones sobre astrología, Madrid, Editora Nacional, 1978, vol.1) « Texto

[45] CHEN marca por otra parte el Este en la segunda disposición, atribuida al rey Wen. Cf. Yi King (Le livre des transformations), versión alemana de Richard Wilhelm, trad. fr. Étienne Perrot, Paris, Libraire de Médicis, 1973; 1977, p.308, y Marcel Granet, La pensée chinoise, 1934; Paris, Albin Michel, 1950, p.186. « Texto

[46]  Alan Leo, en Esoteric astrology, London, Fowler, 1913, p.55; Marc Edmund Jones, en Astrology, how and why it works, Philadelphia, David McKay, 1945, p.45-76; Jean-Pierre Nicola, "Les maisons astrologiques" en Astrologique, Hors Série n°1, Paris, 1977, p.33-38. El sistema de S.O.R.I., sin duda anterior a Alan Leo, hizo un buen papel en Francia como sistema original ¡además de una cierta clientela! Por otra parte, es usual en la literatura astrológica el no hacer mención de sus fuentes, o aún ignorarlas y dejar creer que todo ha sido inventado. Para ser completo, precisemos que Nicola reintrodujo artificialmente las designaciones condicionalistas calificando a los planetas como un factor de diferenciación de S.O.R.I.: la casa 3 sería "Trascendencia en la Relación", la casa 7 "Representación de la Relación", y la casa 11 "Existencia de la Relación". Además de la inutilidad de tal jerga, esperaríamos más bien de los hermanos la "Representación de la Relación", de la pareja la "Existencia de la Relación" y de los amigos la "Trascendencia de la Relación", y aún la una o la otra de las cuatro otras combinaciones posibles: mi mujer por ejemplo ve a sus hermanos como "Existencia de la Relación", su pareja como "Trascendencia de la Relación" y sus amigos como "Representación de la Relación" ! Aunque así sea, estas categorías parecen incoherentes (¿Como podría encontrar su lugar "el objeto" en el tema del nativo?), y sobre todo impracticables, en tanto que se quedan ancladas en simples suposiciones empíricas, y en tanto que no se dan las razones lógicas de su repartición semántica (suponiendo por otra parte que el sistema "Representación - Existencia - Trascendencia" sea en sí mismo semánticamente coherentes, lo que está lejos de ser el caso). « Texto

[47]  Lo que conduce frecuentemente a los levantadores de cartas natales a amalgamar alegremente la semántica de los signos zodiacales con la de las casas. « Texto

[48]  Johannes Kepler, en Lettre à Herwart, Gesammelte Werke, ed. Max Caspar, Franz Hammer (et al.), München, Beck, 1945, vol. 13, p.232, citado por Arthur Koestler, en Les somnambules, trad. fr., París, Calmann Lévy, 1960, p.286. « Texto

[49]  Yo no comparto la connotación "integrante" que Jung le da a este término: la individuación circunscribe el campo de la afirmación del ego (en sentido estricto). Este término no supone la realización de una consciencia ampliada alguna, o de un Sí mismo abierto a las aspiraciones del inconsciente. La "consciencia individuada" permanece cartesiana: separada, impermeable a toda exterioridad, equilibrada por la sola evidencia del Cogito, implicada en el ruedo donde se enfrentan las consciencias concurrentes. Dicho de otro modo, le doy al término de individuación un sentido más restrictivo, próximo a la acepción "utilitarista" de Herbert Spencer. « Texto

[50]  - del latín ligare (ligar, unir, reunir, ensamblar). « Texto

[51]  Max Scheler ha señalado la densidad "entitativa" de la relación con el prójimo y el carácter irreductible de la simpatía (Einfühlung) en la base de la comunión intersubjetiva y de la comunicación afectiva de las consciencias (en Nature et formes de la sympathie, trad. fr., Paris, Payot, 1928; 1971). Cf. también Martin Buber, Je et Tu, trad. fr., Geneviève Bianquis, Paris, Aubier, 1938. « Texto

[52]  Por otra parte los 4 cuadrantes del modelo que, según Gundel, se habría anticipado al octotopos, están asociados a las 4 edades de la vida. « Texto

[53]  Es cierto que los niños de la casa 4 son hoy en día los más desdichados de todos. Charles Fourier!. « Texto

[54]  Cf. Otto Neugebauer & Henry Van Hoesen, Greek horoscopes, Philadelphia, American Philosophical Society, 1959, p.8. « Texto

[55] en Horoscopes and history, London, Warburg Institute, 1986. « Texto

[56] in Geoffrey Dean, Recent advances in natal astrology, Subiaco (Australia), Analogic, 1977, p.166-167. Cf. también Henry Selva, La domification ou construction du thème céleste en astrologie, Paris, Vigot, 1917; Ralph William Holden, The elements of house division, Romford (UK), Fowler, 1977; Pierre Brind'Amour, Nostradamus astrophile, Ottawa, Presses de l'Université d'Ottawa, & Paris, Klincksieck, 1993. Esta última obra, a pesar de su título, contiene la exposición más clara y documentada disponible en lengua francesa, sobre la historia y las técnicas de los sistemas de domificación. « Texto

[57]  Cf. Fred Gettings, The Arkana dictionary of astrology, London, Routledge & Kegan Paul, 1985; ed. rev., London, Arkana, 1990, p.278-279. « Texto

[58]  Cf. el tratado político de Kautilya, el Arthashâstra, el Mânava Dharmashâstra (Las Leyes de Manu) o el famoso Kâmasûtra de Vâtsyâyana. « Texto

[59]  Cf. la excelente presentación de la metafísica india por Heinrich Zimmer, en Les Philosophies de l'Inde, trad. fr. Marie Renou, 1953; Paris, Payot, 1978. « Texto

[60]  Empleo aquí los términos realista e idealista en su acepción común, y no en su significado filosófico. « Texto

[61]  Max Weber, en Wirstschaft und Gesellschaft, Tübingen, 1922; 1956; citado por Julien Freund, en Max Weber, Paris, P.U.F., 1969, p.96-99. Con las siguientes reservas: el carácter realista del "tipo comportamental" del europeo no es suficiente para legitimar esta pretendida jerarquía de los comportamientos, ampliamente tributario de los prejuicios de la educación y de la cultura, o dicho de otro modo de la idola specus de Francis Bacon, prejuicios que modifican los análisis de Weber acerca de los tipos de comportamiento. « Texto

[62] Bhagavad-Gîtâ, II 47, en La Bhagavad-Gîtâ, Shrî Aurobindo (ed), 1942, trad. fr. Camille Rao & Jean Herbert, Paris, Albin Michel 1970; 1977, p.63. « Texto

[63]  El gigante de la historia de las religiones, el rumano Mircea Eliade (Sol en Piscis), ha señalado en su Histoire des croyances et des idées religieuses (Paris, Payot, 1976, vol.1, p.140-143) el carácter hinduista de la religión harappa y de la civilización de los Indo (2500-1500 a. de C., anterior a las invasiones arias y al Corpus védico (brahamanista). Lo que tiende a corroborar la idea que la India "ha sido siempre" Participación (cf. mi "Geoculturologie astrale") y a aclarar una de las paradojas más asombrosas de la historia religiosa: a saber la expulsión del budismo de su escenario original y su implantación en China y en Japón (área cultural de la Objetivación). El Hinduismo se opone a la vacuidad y a la sequedad budistas por la exuberancia de las formas, de los cultos y de los rituales, debido a la sobreabundancia de sus dioses, diosas y demonios. En el Hinduismo, cada uno encuentra su lugar, su dios, su verdad. Cada visión, cada tendencia, cada perspectiva, es compatible con todas las otras. El hinduismo es la religión, la más próxima al animismo, y también la más auténtica y la menos elitista, pues apenas es "una religión". « Texto

[64]  Marcel Granet, La pensée Chinoise, 1934; Paris, Albin Michel, 1950, p.6. « Texto

[65]  Bardo-Thödol (Le Livre tibétain des Morts), versión del Lama Teunzang, ed. all., München, 1977; trad. fr. Valdo Secretan, Paris, Dervy, 1980, ed. rev., Paris, Albin Michel, 1981. « Texto

[66]  Con la excepción del atomismo, menos continuamente influyente, pero que ha "recuperado su retraso" después del s. XVIII puesto que se regeneró en el actual sistema de la ciencia, a pesar de la actitud "anticientífica" de Epicuro. « Texto

[67]  Damascius, Traité des premiers principes, trad. fr. Joseph Combès, Paris, Belles Lettres, 1986, vol.1. « Texto

[68]  Cf. la conferencia 28 de Johann Gottlieb Fitche, en La théorie de la science: exposé de 1804, Paris, Aubier-Montaigne. « Texto

[69]  Maurice Merleau-Ponty, Phémoménologie de la perception, Paris, Gallimard, 1945; 1979, p.263. « Texto

[70]  Paul Philastre, en Le Yi King ou Livre des changements de la dynastie des Tsheou, ed. trad., Paris, Annales du Musée Guimet, 8 & 23, 1881, 2 vol.; Paris, Adrien Maisonneuve, 1982, vol.1, p.36. El cuaternario está también asociado con las estaciones como lo explica el autor de la mejor versión existente del prodigioso tratado chino (en Ibid, p.14-15). « Texto

[71]  Benedetto Croce, en Logica come scienza del concetto puro, Bari, Laterza; trad. fr. Paul Olivier, en Denis Huisman (ed.), Dictionnaire des philosophes, Paris, P.U.F., 1984, vol. 1, p.643. « Texto

[**]  Nota de la Traductora: Cogito del latín: pensamiento. « Texto


Presentación

El Espacio


Referencia de la página:
Patrice Guinard: Las 8 Casas 2/2 (El Dominion)
(version 1.1 : 11.2004)
http://cura.free.fr/esp/09domi2s.html
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